Madrid Film Office
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LATIDO FILMS, agencia de ventas líder con sede en Madrid, celebra este año sus dos décadas de existencia vendiendo buen cine por todo el mundo, promocionando a grandes directores internacionales y logrando éxitos importantes. Especializados en películas de habla hispana y europeas, pero abiertos a otras creaciones internacionales, posee un variado catálogo de títulos de alta calidad. Tras su paso por Marché du Film, en Cannes, tenemos el placer de hablar con su director.
En 2003 ICEX España Exportación e Inversiones decidió impulsar los consorcios de ventas. De aquella iniciativa surgió la unión de tres empresas productoras (Tornasol, Continental y Zebra Producciones) para inventar una agencia de ventas española: LATIDO FILMS. Con el paso de los años Continental abandonó LATIDO y entró A Contracorriente. De las agencias de ventas que se crearon entonces, LATIDO FILMS es la única que ha sobrevivido. También ha crecido y ha logrado que algunas de las películas que ha representado ganen Oscar, premios en Sundance, en Venecia, en Berlín. Y que algunas sean los mayores éxitos del cine español y del cine en habla no inglesa en una plataforma.
Detrás de LATIDO FILMS hay un equipo de profesionales entusiastas que ha transmitido su pasión por el cine al trabajo de venta de las películas. Entre ellos y dirigiendo la agencia desde 2015 se halla Antonio Saura, con quien conversamos tras su regreso de Marché du Films en Cannes.
En 20 años el panorama audiovisual ha cambiado sustancialmente, ¿cómo se ha ido adaptando LATIDO FILMS a la nueva realidad?, ¿cómo ha evolucionado?
Efectivamente, el mercado ha cambiado mucho en 20 años, pero los cambios más profundos son más recientes, y han estado vinculados al desarrollo de la capacidad de bajada de películas en el ordenador a medida que la capacidad de transmisión de datos mejoraba con el 3G, luego el 4G, etc. Y a partir de ahí, cuando se pudo estandarizar el llamado streaming, nacieron primero los piratas y luego vino la creación de las llamadas plataformas etc. Y con cada avance, llega un nuevo formato o sistema que ve en el cine una fuente de negocio. La gran ventaja que ha tenido siempre LATIDO FILMS es su cercanía al mundo de la producción y distribución, y una continua voluntad de análisis del entorno audiovisual siendo capaces de anticipar tendencias y adaptarnos a ellas.
¿Cuáles crees que son las razones por las que LATIDO FILMS es un caso de éxito?
Tener la fortuna o el buen tino de saber contar siempre con profesionales entusiastas y enamorados del cine, que han sabido transmitir su pasión por el cine al trabajo de venta de las películas.
¿Cuáles han sido sus hitos en estos años?
Si nos fijamos en lo más relumbrante, es evidente que Fados de Carlos Saura, y luego El secreto de sus ojos fueron grandes picos de ventas. Luego películas como Un cuento Chino, y en la última época, El Ciudadano Ilustre y Rara, que no solo ganaron innumerables galardones, sino que se vendieron muy bien. Y recientemente Campeones, As Bestas, El Hoyo, La Noche de 12 años, Virus 32, etc. Y ahora Todos los nombres de Dios, Campeonext, Bajo Terapia, etc. Al tiempo hemos tenido documentales que nos han dado también muchas alegrías, como El pollo, el pez y el cangrejo real, Chavela y Alis.
Pero el que hayamos podido llevar películas de gran recorrido tanto de público como de festivales es gracias a que los productores nos permitieron gestionar películas de magníficos directores, consagrados como Carlos Saura, Campanella o Fesser; o apostar desde sus primeros o segundos trabajos por los que se han ido consagrando luego como Sorogoyen, Echevarría, Ruiz de Azçua etc. También, por supuesto, es mérito de nuestro equipo que supo localizar esos nuevos talentos
Estamos particularmente orgullosos del trabajo realizado desde los primeros años de LATIDO apoyando películas de estupendas directoras, habiendo estado detrás de algunos de los grandes títulos de la historia del cine dirigido por mujeres de España y Latinoamérica, sobre todo porque en muchos casos eran primeras películas, lo que requiere un esfuerzo de marketing y posicionamiento más delicado, pues se esta “presentando al mundo” a alguien nuevo, con una visión muy personal, y eso, si no se hace bien, no es siempre valorado por el comprador.
Sí, en los últimos años ha irrumpido una brillante hornada de mujeres directoras…
Sí, como decía, ya desde los primeros años de existencia de LATIDO hemos tenido la suerte de contar con mucho cine dirigido por mujeres. No por buscar ningún tipo de cuotas, sino porque eran buenas películas que queríamos ayudar a posicionar en el mercado internacional. Con el tiempo, y a medida que las legislaciones han facilitado el acceso a la dirección de nuevas directoras, nos hemos sentido privilegiados porque muchas han confiado en nosotros. Pero también nos enorgullece el haber trabajado con una magnífica generación de nuevas productoras, que están produciendo algunas de las mejores películas españolas y latinoamericanas.
Una característica de LATIDO FILMS es la variedad de productoras, creadores y títulos con los que trabaja, desde el cine de autor al más comercial; desde la búsqueda de talento, al apoyo a directores/as consagrados/as; películas en castellano, en catalán, gallego y vasco; cinematografía portuguesa, latinoamericana, polaca, ucraniana, checa, rumana; cine de animación, documentales… ¿A qué se debe esta diversificación y cómo trabaja Latido Films? ¿Cómo determináis con quién vais a trabajar?
Parafraseando a un gran entrenador de fútbol, nuestro trabajo ha de ser “vender, vender y vender, y luego, vender”. En ese sentido intentamos siempre ayudar a proyectos que puedan tener luego una salida internacional. La diversificación viene dada por varias razones: la primera, una continua búsqueda de películas que tengan ese potencial de venta, adecuándonos a los cambiantes gustos y necesidades del mercado; lo segundo es que tenemos una relación privilegiada con algunas productoras que, estando satisfechas del trabajo que hacemos, nos ofrecen sus películas que también responden a una búsqueda creativa. En tercer lugar, nuestra curiosidad por descubrir grandes películas en cinematografías no siempre suficientemente exploradas nos ha conducido a llevar títulos de países como Croacia y Ucrania. Y nuestro buen hacer ha llamado la atención de otras cinematografías. Así, recientemente hemos tenido el honor de representar películas suizas con un más que apreciable resultado. Y todo ello sin olvidar que LATIDO es una unión de empresas productoras que nos proporcionan también sus películas, que están, en general, entre lo más destacado de cada año.
Acaba de finalizar Marché du Films, ¿cuál ha sido el catálogo de LATIDO en Cannes y cuáles han sido los resultados en este mercado? ¿Qué interés apreciáis en el mercado internacional por las creaciones españolas?
Hemos tenido un muy buen Cannes, la verdad, pudiendo cerrar ventas y pre ventas de algunas películas. Presentábamos un catálogo muy variado, con películas en pre venta como la próxima de Isaki Lacuesta, por poner un ejemplo, o lanzando al mercado la última de Calparsoro Todos los nombres de Dios y siguiendo con las películas triunfadoras en Málaga como Els Encantats o Bajo Terapia y la seleccionada en Berlín Sica, por ejemplo.
Respecto a la evolución del mercado en sí, estamos constatando cómo se ha radicalizado respecto a la tipología de lo que está buscando, castigando cada vez más el cine autoral dramático. Esto lo vemos como un problema, por cuanto está limitando la posibilidad de que se vean en el mundo magníficas películas. Es evidente que las secuelas de la pandemia se notan, sobre todo en los gustos y hábitos de los consumidores de todo el mundo, y ahora resulta más difícil vender un drama. También se perciben los problemas económicos que atraviesan las plataformas y que hacen que hayan reducido su política de adquisiciones.
Respecto al cine español, existe una buena disposición, hay curiosidad por la nueva hornada de talentos, se ve que se hacen buenas películas. Pero no podemos engañarnos, estamos ante un mercado donde hay una enorme oferta y la competición es brutal. De ahí la importancia de buenas estrategias de marketing, seleccionar el momento de la venta y saber diferenciar cada película para darle la relevancia necesaria para llamar la atención. No es lo mismo vender, por poner un ejemplo, Campeones que vender El Hoyo, cada cual necesita un trabajo muy diferenciado para posicionarlas en el mercado. Trabajo que hay que hacer desde muy temprano y la mayor parte de las veces mucho antes de su estreno en salas nacionales.
Todos los nombres de Dios, de Calparsoro, rodada en Madrid, al igual que Campeonext de Javier Fesser y Chinas, de Arantxa Echevarría, han sido tres de las producciones madrileñas en vuestro catálogo, ¿cómo ha sido su acogida en Cannes?
Como mencionaba cada película requiere un trabajo específico de venta y posicionamiento en el mercado: unas tienen más fácil presentación, otras conviene esperar, etc. En general, hay una enorme curiosidad por las tres que has citado, y por ejemplo la película de Calparsoro, que ya llevamos seis meses trabajando aun sin estar terminada, ya esta pre vendida en más de 20 territorios. Lo que se ve de Madrid en Todos los nombres de Dios es bestial, la imagen de la ciudad es poderosísima y la manera en que la ha retratado el director desde luego ha impresionado.
¿Qué consejos darías a los productores y directores con un primer proyecto para adentrarse en el mercado internacional?
Esa es siempre una pregunta difícil de contestar: si se han metido en este mundo, pues que tenga buen ojo para apostar por lo que ellos crean que hacen mejor. Hay muchas maneras de acercarse a lo internacional, o bien desde lo evidente que demanda el mercado, o desde la autoría total donde hay una voz diferente. Cada decisión al final es personal, el productor apostará por aquello en lo que cree que puede financiar, y el autor/a deberá apostar por transmitirnos su visión de la historia que quiere contar.
¿Qué pasos deben dar creadores y productores emergentes para contactar con una agencia de ventas como vosotros?
Tener un proyecto lo suficientemente armado para que podamos evaluar su potencial, y si le vemos potencial, pues a por ello. Pero a veces productores sin gran experiencia se acercan demasiado prematuramente a nosotros y no podemos valorar con suficientes elementos lo que nos plantean. El reto para nosotros es que solo podemos coger películas que tengan garantías de ser producidas: nosotros vendemos, no producimos.
¿Qué consejo darías a los jóvenes que deseen dedicarse a la venta internacional?
Que primero trabajen en una agencia para ir conociendo este mundo, que es muy sofisticado y complejo y requiere de un gran bagaje de cultura cinematográfica, legal, relaciones, marketing, etc.
¿En qué momento se encuentra ahora LATIDO FILMS? ¿Cuáles son sus retos y cómo veis el futuro?
LATIDO se encuentra en un buen momento. Pero el mundo audiovisual se transforma cada segundo, hay cambios tecnológicos, políticos, de gusto, etc. que hacen que tengamos que estar continuamente investigando y aprendiendo del mercado. No olvidemos que, aunque por fin en España se valora el trabajo de internacionalización del cine que hacemos las agencias españolas, aún hay mucho camino por recorrer para estar en igualdad de condiciones de ayudas institucionales con otros competidores europeos que reciben estímulos y apoyos considerables de sus respectivos países. Y gracias a esos apoyos pueden entrar con más fuerza incluso en nuestro mercado, dándose una situación de desventaja flagrante. Dicho lo cual, estamos orgullosos de las películas que representamos, del diálogo que tenemos con los productores y desde luego, del trabajo que le ponemos para conseguir los mejores resultados. Y el futuro lo vemos bien siempre que vayamos acertando con el presente.
Eres miembro del consejo directivo de European Film Academy, ¿cuál es su misión, objetivos y próximos desafíos?
Si, este año será mi último como miembro de la Junta Directiva de la Academia de Cine Europeo (EFA). He cumplido ya varios ciclos, fui vicepresidente durante seis años y ahora he podido contribuir tres más apoyando la renovación emprendida por los nuevos gestores y ayudando a pasar los duros años de la pandemia. Mi misión concreta es la de representar la Península Ibérica y luchar por darle la mayor visibilidad a nuestro cine, nuestros festivales, etc.
En ese sentido, he apoyado muchas iniciativas de la EFA que han tenido lugar en España, desde el apoyo concreto a festivales como Sevilla o Valladolid, pasando por los sitios que se han nombrado patrimonio cinematográfico europeo, el más reciente el desierto de Almería, y por supuesto estando presente en los procesos de selección de películas. Y disfrutando cuando películas españolas como Buñuel en el laberinto de las tortugas consigue el premio europeo a la mejor película de animación, o consiguiendo que El Buen Patrón pudiera llevarse un premio este último año, el de Mejor comedia…
Aunque la idea es siempre mirar a Europa como un todo donde compartimos proyectos globales y con una mirada pan europea, y buscamos la mejor película europea, yo no olvido que, precisamente, Europa se caracteriza por su diversidad cultural y lingüística y la defensa de esa diversidad. El derecho de cada territorio a ser escuchado y respetado ha sido siempre mi mayor prioridad y en esa línea he buscado que España y su propia diversidad tuvieran la representación que se merecían. En ese sentido he sido muy español siendo muy europeo.
Pero ya digo, hay un cambio de reparto territorial en los nuevos estatutos de EFA recientemente aprobados, la Península Ibérica se queda solo con un representante de dos que tenía, entran representantes por minorías étnicas etc., y he decidido renunciar al año de más para el que había sido elegido, buscando que se promocione a alguien nuevo que aborde esta etapa de renovados objetivos que se ha planteado la Academia Europea.